Muchas veces somos muy duros con nosotros mismos, que nos olvidamos de todo lo que hemos logrado y hasta dónde hemos llegado.
Hacen faltas las pausas y los silencios.
Como si tratáramos de detener el tiempo.
Mirar atrás, ver el recorrido y la huella que hemos dejado en el camino.
¿Cuántas veces soñaste con estar donde estás? Soñabas con ese lugar.
Que hoy no sea parte de tu sueño, no significa que alguna vez no lo fue.
No olvides lo lejos que has llegado. No todo el crecimiento se resume y mide en logros visibles y tangibles.
Creo que no hay nada más triste que vivir la vida que tanto soñaste, sin darte cuenta que un día llegaste hasta ahí.
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