Es un mundo muy confuso.
Bastante injusto.
Complicado sentirse a gusto.
Privilegios como en todos lados, como en todas las sociedades y esta aunque no lo sea, es una de ellas.
Me recuerda al colegio, cuando te preguntaban dónde estudiabas para según ello ponerte en un escalón superior o por descarte en uno inferior. Aquí no se pregunta, se da por hecho. Te respetan, si tienes la suerte que contigo no se metan.
Quejas y muchas más quejas. Injusticias que se ven y que se sienten, pero de las que no se habla.
Una vez alguien dijo “No hay peor ciego que el que no quiere ver” y cuánta razón tenía.
Yo sólo miro.
Soy parte pero cada vez más aparte.
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